Sobre el asfalto restaurado y el paisaje que acostumbraba a observar cuando no estaba al volante... aquellos colores, aquella luz... imaginé que ya estabas con nosotros, que cantabas y mirabas, que preguntabas y soñabas, que llevabas en tus ojos el reflejo de los nuestros y que tu voz era la guía del camino por el que andamos.
Vamos hacía la dirección que parece ser la correcta. Las emociones se preparan para las curvas prolongadas, para el tránsito lento, para el sobrecalentamiento del motor. Hemos pasado ya por combustible de estrellas y es suficiente, todo parece indicar que ya no iremos más por el lado oscuro del camino....